Cuando Me Enamoro
Capítulo 15
Dos Días después…
V: ¿Qué tal te
fue hoy en la escuela? (preguntó Victoria a Cristina el lunes por la noche
mientras cenaban. Había esperado lo
suficiente antes de preguntar. Si
cualquiera de las jovencitas estaba no estaban dispuestas a realizar un intento
de reconciliación, ya sería tiempo de que Ella y Marcos lo hicieran, pensaba Victoria).
Cristina se
encogió de hombros.
C: Bien, supongo.
Victoria se dio
su tiempo para comer la ensalada, fijando su atención en el plato y no en su
hija.
V: ¿Qué
calificación obtuviste en la tarea de matemáticas en que te ayude?
Cristina alzó los
ojos al techo.
C: Bien aunque…
V: ¿Cómo? ¿No
estaban correctas las soluciones?
C: Las respuestas
estaban bien, pero la maestra me dijo que las ecuaciones ya no se resuelven
así.
V: Oh... lo
siento.
C: Otros padres
cometieron el mismo error.
Era un consuelo,
pensó Victoria.
C: Muchas de
nosotros lo hicieron mal. Incluso
Nicole.
V: Entonces,
¿viste hoy a Nicole?
C: No podía dejar
de verla. Su pupitre está en la fila
junto a la mía. Pero si estás pensando
lo que creo que piensas, olvídalo. No
necesito una amiga como Nicole Guerrero.
Victoria no hizo
ningún comentario, aunque prácticamente tuvo que morderse la lengua. Se preguntó cómo se las estaría arreglando Marcos.
Mantenerse al margen de la discordia
entre las jovencitas estaba resultando cada vez más difícil. Era evidente que Cristina se sentía muy triste
sin su amiga, pero comentarlo resultaría contraproducente. Cristina tenía que reconocerlo por sí misma.
El teléfono sonó
cuando Victoria estaba terminando de lavar los trastos. Cristina estaba en el cuarto de baño, de modo
que Victoria contestó la llamada.
V: ¿Diga?
M: ¿Victoria? Mi amor, como te extrañé. ¿Cómo va todo con Cristina? (preguntó Marcos).
El corazón de Victoria
se hinchó de emoción. No hablaba con él
desde el sábado y le parecía como si hubieran pasado meses sin escuchar su voz.
V: Las cosas no
van muy bien. ¿Y contigo, qué tal está la situación?
M: No mucho
mejor. ¿Sabías que Cristina tuvo la osadía de almorzar con Nora hoy? En caso de que no lo sepas, Nora es la peor
enemiga de Nicole.
V: ¿Nora? (Victoria
apenas podía creer lo que oía). Pero a Cristina
ni siquiera le simpatiza esa niña.
M: Ojalá que nuestras
hijas se apresuren a reconciliarse (dijo Marcos). Francamente, Victoria, te echo mucho de menos,
necesito de tí.
V: Sólo han
pasado dos días (repuso Victoria, pero debió morderse la lengua; a ella le
había parecido una eternidad ese breve lapso de tiempo).
M: Me parecen
como dos años.
V: Lo sé (dijo
ella con suavidad, cerrando los ojos y saboreando las palabras de Marcos). Pero, de cualquier manera, recuerda que
decidimos esperar una semana, sino se arreglan nuestras hijas, nosotros íbamos a
intervenir.
M: He estado
pensando las cosas y creo haber hallado una idea que nos sacará de nuestra
desdicha.
V: ¿Cuál?
M: ¿Qué tal si
vamos al cine? (preguntó él en tono ansioso).
V: Pero, Marcos...
M: Mañana por la
noche, tú puedes llevar a Cristina y yo a Nicole al cine, para que de manera
aparentemente accidental nos encontremos allá. Si las cosas resultan como yo espero, no
tendremos que hacer nada. La situación
se resolvería casi por si sola.
Victoria no estaba
tan convencida, pero la idea de estar con Marcos era demasiado incitante para
negarse.
V: Está bien (accedió).
Siempre que me prometas invitarme
rosetas de maíz y tomarme de la mano.
M: Lo prometo.
El martes por la
noche, Cristina estuvo inusualmente callada a la hora de la cena. Victoria había preparado la comida favorita de
su hija, macarrones con queso, pero la niña apenas tocó su platillo.
V: ¿Te gustaría
ir al cine? (preguntó Victoria, con el corazón en la garganta. Por lo regular Cristina saltaría de gusto ante
la sugerencia, pero esta noche Victoria no podía prever nada).
C: Mañana hay que
ir a la escuela y, además, no estoy de humor para ir al cine.
V: Pero dijiste
que no tenías tarea escolar y, además... el otro día me dijiste que tenías deseos
de ver la última película de Tom Cruise (los ojos de Cristina se iluminaron por
un instante, luego volvió a desanimarse). Y no te preocupes, no tendrás que
sentarte conmigo (agregó Victoria en tono alegre).
Cristina lanzó un
enorme suspiro.
C: No tengo con
quien más sentarme (dijo con una mueca de tristeza).
Cuando llegaron
al estacionamiento del cine, Cristina rompió el silencio que había mantenido
durante el trayecto.
C: A Nicole
también le gusta Tom Cruise.
Victoria no
replicó nada, preguntándose si las jovencitas llegarían a descubrir la estrategia
de Marcos y ella.
C: ¡Mami! (exclamó
Cristina). Allá vi a Nicole. Está con su papá.
V: Oh, no (repitió
Victoria, con el corazón haciendo cabriolas su pecho). ¿Quieres decir que deseas que nos regresemos a
la casa?
C: Por supuesto
que no (respondió Cristina. Prácticamente saltó del coche en cuanto su
madre apagó el motor, y se volvió a mirar a Victoria con ansiedad cuando ésta
no cruzó el estacionamiento con suficiente prisa para alcanzarla).
Llegaron a la
fila, como ocho personas detrás de Nicole y su padre. Victoria no sabía qué hacer después. No estaba ni siquiera segura de que Marcos las
hubiera visto. Si las había visto, estaba
actuando de maravilla su papel, como si todo esto hubiera sucedido por
coincidencia.
Cristina no se
quedaba quieta. Varias veces miró, alargando la cabeza, a la pareja de padre e
hija que estaba adelante de ellas. Cristina
tarareaba como sin darse cuenta la canción que habían interpretado en el
festival escolar.
Nicole se volvió
entonces, parada de puntas y mirando a la gente que estaba detrás de ella. Tiró de la manga de su padre y, cuando él se
inclinó, le musitó algo al oído. Marcos
fingió sorpresa al ver a Victoria y Cristina.
Cuando entraron
al cine, Marcos y Nicole habían desaparecido. Cristina miraba en todas direcciones mientras Victoria
permanecía de pie ante el mostrador de las golosinas.
V: ¿Quieres
rosetas de maíz?
C: No, sólo
pasitas de chocolate. Mami, dijiste que
no tenía que sentarme contigo. ¿Lo dijiste en serio?
V: Sí, nena, no
te preocupes.
C: ¿De veras?
V: De veras. Ve a sentarte sola donde quieras.
C: Está bien (Cristina
tomó su golosina y se fue antes que Victoria pudiera decir otra cosa).
Como todavía
faltaban algunos minutos para que proyectaran la película, la sala estaba bien
iluminada. Victoria encontró un asiento
en la parte de atrás y notó que su hija estaba sentada casi hasta adelante. Nicole estaba en la hilera de atrás.
M: ¿Está ocupado
este asiento?
Victoria alzó la
cabeza sonriendo al escuchar la voz de Marcos. Él se sentó a su lado, se dieron un beso y le
tendió una bolsa de rosetas de maíz y un vaso con refresco.
M: Sinceramente
espero que nuestra treta dé buen resultado (murmuró él). Porque si Nicole me ve sentado junto a ti,
podría colgarme por alta traición (un brillo malicioso asomó a sus ojos). Pero vale la pena el riesgo. ¿Te dijo alguien
que tienes una boca muy besable?
C: Marcos (murmuró
Victoria con apremio). Mira.
Cristina estaba
sentada torcida hacia atrás en su asiento, Nicole se inclinaba hacia delante. Cristina dejó caer un puñado de pasas con
chocolate en la mano de Nicole y ella le ofreció luego rosetas de maíz. Después de algunos de estos intercambios, las
dos jovencitas se pusieron de pie y se cambiaron a otra hilera, donde se sentaron
juntas.
V: Parece que las
cosas marchan como esperábamos (susurró Victoria).
M: Así es (sonrió
Marcos, pasándole el brazo por el hombro).
Ambos miraron a
sus hijas charlar y reír animadamente, y sonrieron ante el sonido de sus
alegres risillas.
Continuará…
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