Cuando Me Enamoro
Capítulo 14
Salen como dos
fierecillas discutiendo del cuarto de Cristina…
C: No quiero
volverte a ver jamás (declaraba Cristina con vehemencia).
N: Pues yo menos
quiero verte a ti (replicó Nicole con igual furia).
M: ¿De qué se
trata todo este alboroto? (preguntó Marcos, buscando los ojos de Victoria).
V: No sé, pero
creo que será mejor que lo averigüemos. Marcos
salió primero a la sala. Descubrieron a Nicole y Cristina mirándose cara a cara
con abierto antagonismo.
V: Cristina,
basta de eso (exigió Victoria). Nicole
es nuestra invitada en esta casa y no toleraré que le hables en ese tono. Marcos fue al lado de su hija.
N: Y tú eres
invitada de Cristina. Espero que te
comportes con cortesía cuando estás aquí.
Nicole cruzó los
brazos al pecho y lanzó una mirada feroz a Cristina.
N: No quiero
volver a ser su amiga. Y creo que tú no
deberías volver a tratar a la señora Fernández.
Los ojos de Victoria
se encontraron con los de Marcos.
C: No quiero que
mi mamá tenga nada que ver con tu padre, tampoco (espetó Cristina, mirando con
furia a Nicole y su padre).
V: Creo que lo
mejor será separar a este par y averiguar lo que sucedió (sugirió Victoria y se
encaminó hacia el cuarto de su hija). Vamos, cariño, hablemos.
Cristina esquivó
la mirada.
C: ¡No tengo nada
que decir! (declaró en tono melodramático y salió de la sala altivamente).
Victoria alzó los
ojos interrogantes hacia Marcos, alzó y las cejas y siguió a su hija.
V: Cristina ¿qué
pasa? (Victoria se sentó al borde de la cama de su hija y esperó con maternal
paciencia a que la doceañera repitiera la lista de atrocidades cometidas por
Nicole).
C: Nada.
Victoria había
visto muchas veces antes esa expresión ultrajada en el rostro de su hija. Un
suspiro cansado ascendió hasta sus labios.
C: No quiero
volver a ver a Nicole nunca en mi vida.
V: Pero, mi
cielo, es tu mejor amiga.
C: Era mi mejor
amiga (anunció dramáticamente). Cruzó
los brazos al pecho como toda persona que no espera réplica).
Con creciente
frustración, Victoria entrelazó las manos en el regazo y esperó, sabiendo que
su hija terminaría por contarle todo por su propia voluntad. Pasaron cinco minutos sin que la niña dijera
algo.
V: ¿Su pelea
tiene que ver con algo que sucedió en la escuela? (aventuró Victoria, con la
mayor naturalidad del mundo).
Cristina sacudió
la cabeza. Su actitud era inflexible,
hermética.
V: ¿Es por algún
chico?
C: Por supuesto
que no (replicó Cristina con indignación).
V: ¿Por otra
amiga?
C: No.
Victoria pensó
que pronto se le acabarían las preguntas.
V: ¿No me puedes
decir lo que pasó?
Cristina le lanzó
una mirada que parecía cuestionar la inteligencia de su madre.
C: ¡No!
V: ¿Significa eso
que nos pasaremos la noche sentadas aquí mientras trato de adivinar?
Cristina volvió
la cabeza y miró a su madre con una mueca demasiado elocuente.
V: Está bien (dijo
Victoria con un suspiro exagerado). Tendré que preguntárselo a Nicole. Su versión será muy interesante.
C: ¡El señor Guerrero
te hizo llorar! (masculló Cristina, con la mirada baja).
Victoria parpadeó
con azoro.
V: ¿Quieres decir
que todo esto tiene que ver con Marcos y yo?
Cristina asintió.
V: Pero...
C: Nicole dice
que lo que haya sucedido debe de ser culpa tuya y eso no se lo puedo tolerar. Nicole ya no será mi amiga y creo que tú no
deberías tener nada que ver ya con... con ese hombre.
V: ¿Ese hombre?
Cristina le
dirigió una mirada de irritación.
C: Ya sabes a
quien me refiero.
Victoria miró a
su hija a los ojos.
V: ¿Qué dirías si
te confieso que comenzaba a encariñarme con "ese hombre"?
C: ¡Mamá, no! (Los
ojos de la niña se ensancharon con alarma). Eso sería lo peor que podría suceder. ¡Podrías casarte con él y Nicole y yo terminaríamos
siendo hermanas!
Victoria no hizo
ningún esfuerzo por ocultar su asombro.
V: Pero, Cristina,
a mí me pareció obvio que eso era precisamente lo que Nicole y tú querían.
C: Eso fue antes.
V: ¿Antes de qué?
C: Antes de...
esta noche, cuando Nicole dijo lo que dijo. No podré perdonarla, mamá. De veras.
Victoria
permaneció en el cuarto de su hija en silencio durante unos minutos más, luego
se fue. Marcos y Nicole estaban hablando
en la sala y a juzgar por la mirada de frustración que él dirigía a la niña, Victoria
supo que no había tenido más éxito que ella con su hija.
Cuando Marcos vio
a Victoria, se puso de pie y señaló hacia la cocina con un movimiento de su
cabeza, sugiriendo en silencio una charla privada entre los dos adultos.
V: ¿Qué descubriste?
(preguntó Victoria en cuanto estuvieron solos).
Marcos se alzó de
hombros.
M: No lo
entiendo. Lo único que repite una y otra vez es que no quiere volver a ver a Cristina.
V: Cristina dice
lo mismo. Según parece, ella cree estar
defendiendo mi honor. Creo que todo
tiene que ver con el pequeño malentendido que tuvimos esta tarde tú y yo.
M: Nicole parece
pensar que todo comenzó cuando no quisiste ordenar nada para ti en McDonald's (dijo
Marcos, con expresión confusa).
V: ¿Qué? (la
pregunta se escapó de labios de Victoria con una risa breve).
M: Por lo que
pude sonsacar a mi hija, Cristina dijo que era muy significativo que no
hubieras ordenado una hamburguesa gigante. Más tarde, mencionó que habías salido a tirar
la basura cuando el cesto no estaba lleno todavía. Supongo que es algo que no sueles hacer.
V: No (admitió Victoria.
Había querido ocultar sus lágrimas a las
jovencitas y por eso había buscado el pretexto de sacar al traspatio el
recipiente de la basura).
Marcos esbozó una
sonrisa divertida.
M: ¡Vaya, por lo
menos ninguna de las dos se enteró de las galletas!
Victoria ignoró
la broma y se apoyó contra el mostrador de la cocina, con un suspiro de
frustración.
V: El que las jovencitas
hayan reñido es un problema que consideramos que era imposible en su momento.
M: ¿Quizá yo
debería hablar con Cristina y tú con Nicole? (sugirió Marcos con toda
seriedad).
Victoria negó con
la cabeza.
V: Nos acusarían
de entrometidos.
M: ¿Qué sugieres
entonces?
V: No sé (Victoria
se encogió de hombros).
M: Vamos, Victoria,
somos dos adultos inteligentes. Sin duda
podemos lidiar con dos egos preadolescentes, ¿no?
V: Inténtalo tú (dijo
Victoria con una mueca irónica y soltó la risa ante la expresión que tenía el
atractivo rostro de Marcos).
M: Olvídalo.
Victoria se
apartó el pelo de la cara.
V: Creo que lo
mejor será dejar que el tiempo solucione las cosas.
Marcos arrugó el
ceño y luego asintió, sin mucha convicción.
M: Espero que
esto no signifique que tú y yo no podamos continuar nuestra relación.
V: Por supuesto
que podemos seguir, pero con cautela, ni Cristina ni Nicole no deben saber de
nuestra relación por el momento.
M: Bien
Marcos cruzó la
habitación y tomó a Victoria en sus brazos con suavidad. La besó hasta que ella se sintió lánguida y
sin aliento. Cuando el alzó la cabeza,
dijo en un murmullo ronco.
M: Te amor con
toda mi alma.
V: Yo también te
amos, veremos cómo podremos resolver el problema de nuestras hijas.
M: Me llevaré a
Nicole a casa ahora y haré lo que has sugerido. Le daremos a este par una semana para
reconciliarse. Después de ese plazo, tú
y yo le contamos todo y volveremos a salir juntos.
V: ¿Una semana? (Victoria
no estaba segura de que ese plazo bastaría, a juzgar por la actitud de Cristina).
M: ¡Una semana! (repitió
Marcos, enfático y la volvió a besar apasionadamente, dejando a Victoria en una
nube).
V: Está bien (asintió
Victoria cuando sus bocas se apartaron).
Dos Días después…
Continuará...
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