domingo, 1 de diciembre de 2013

Capítulo 14

Cuando Me Enamoro
Capítulo 14

Salen como dos fierecillas discutiendo del cuarto de Cristina…
C: No quiero volverte a ver jamás (declaraba Cristina con vehemencia).
N: Pues yo menos quiero verte a ti (replicó Nicole con igual furia).
M: ¿De qué se trata todo este alboroto? (preguntó Marcos, buscando los ojos de Victoria).
V: No sé, pero creo que será mejor que lo averigüemos.  Marcos salió primero a la sala. Descubrieron a Nicole y Cristina mirándose cara a cara con abierto antagonismo.
V: Cristina, basta de eso (exigió Victoria).  Nicole es nuestra invitada en esta casa y no toleraré que le hables en ese tono.  Marcos fue al lado de su hija.
N: Y tú eres invitada de Cristina.  Espero que te comportes con cortesía cuando estás aquí.
Nicole cruzó los brazos al pecho y lanzó una mirada feroz a Cristina.  
N: No quiero volver a ser su amiga.  Y creo que tú no deberías volver a tratar a la señora Fernández.
Los ojos de Victoria se encontraron con los de Marcos.
C: No quiero que mi mamá tenga nada que ver con tu padre, tampoco (espetó Cristina, mirando con furia a Nicole y su padre).
V: Creo que lo mejor será separar a este par y averiguar lo que sucedió (sugirió Victoria y se encaminó hacia el cuarto de su hija).  Vamos, cariño, hablemos.
Cristina esquivó la mirada.
C: ¡No tengo nada que decir! (declaró en tono melodramático y salió de la sala altivamente).
Victoria alzó los ojos interrogantes hacia Marcos, alzó y las cejas y siguió a su hija.
V: Cristina ¿qué pasa? (Victoria se sentó al borde de la cama de su hija y esperó con maternal paciencia a que la doceañera repitiera la lista de atrocidades cometidas por Nicole).
C: Nada.
Victoria había visto muchas veces antes esa expresión ultrajada en el rostro de su hija. Un suspiro cansado ascendió hasta sus labios.
C: No quiero volver a ver a Nicole nunca en mi vida.
V: Pero, mi cielo, es tu mejor amiga.
C: Era mi mejor amiga (anunció dramáticamente).  Cruzó los brazos al pecho como toda persona que no espera réplica).
Con creciente frustración, Victoria entrelazó las manos en el regazo y esperó, sabiendo que su hija terminaría por contarle todo por su propia voluntad.  Pasaron cinco minutos sin que la niña dijera algo.
V: ¿Su pelea tiene que ver con algo que sucedió en la escuela? (aventuró Victoria, con la mayor naturalidad del mundo).
Cristina sacudió la cabeza.  Su actitud era inflexible, hermética.
V: ¿Es por algún chico?
C: Por supuesto que no (replicó Cristina con indignación).
V: ¿Por otra amiga?
C: No.
Victoria pensó que pronto se le acabarían las preguntas.
V: ¿No me puedes decir lo que pasó?
Cristina le lanzó una mirada que parecía cuestionar la inteligencia de su madre.
C: ¡No!
V: ¿Significa eso que nos pasaremos la noche sentadas aquí mientras trato de adivinar?
Cristina volvió la cabeza y miró a su madre con una mueca demasiado elocuente.
V: Está bien (dijo Victoria con un suspiro exagerado).  Tendré que preguntárselo a Nicole.  Su versión será muy interesante.
C: ¡El señor Guerrero te hizo llorar! (masculló Cristina, con la mirada baja).
Victoria parpadeó con azoro.
V: ¿Quieres decir que todo esto tiene que ver con Marcos y yo?
Cristina asintió.
V: Pero...
C: Nicole dice que lo que haya sucedido debe de ser culpa tuya y eso no se lo puedo tolerar.  Nicole ya no será mi amiga y creo que tú no deberías tener nada que ver ya con... con ese hombre.
V: ¿Ese hombre?
Cristina le dirigió una mirada de irritación.
C: Ya sabes a quien me refiero.
Victoria miró a su hija a los ojos.
V: ¿Qué dirías si te confieso que comenzaba a encariñarme con "ese hombre"?
C: ¡Mamá, no! (Los ojos de la niña se ensancharon con alarma).  Eso sería lo peor que podría suceder.  ¡Podrías casarte con él y Nicole y yo terminaríamos siendo hermanas!
Victoria no hizo ningún esfuerzo por ocultar su asombro.
V: Pero, Cristina, a mí me pareció obvio que eso era precisamente lo que Nicole y tú querían.
C: Eso fue antes.
V: ¿Antes de qué?
C: Antes de... esta noche, cuando Nicole dijo lo que dijo.  No podré perdonarla, mamá.  De veras.
Victoria permaneció en el cuarto de su hija en silencio durante unos minutos más, luego se fue.  Marcos y Nicole estaban hablando en la sala y a juzgar por la mirada de frustración que él dirigía a la niña, Victoria supo que no había tenido más éxito que ella con su hija.
Cuando Marcos vio a Victoria, se puso de pie y señaló hacia la cocina con un movimiento de su cabeza, sugiriendo en silencio una charla privada entre los dos adultos.
V: ¿Qué descubriste? (preguntó Victoria en cuanto estuvieron solos).
Marcos se alzó de hombros.
M: No lo entiendo. Lo único que repite una y otra vez es que no quiere volver a ver a Cristina.
V: Cristina dice lo mismo.  Según parece, ella cree estar defendiendo mi honor.  Creo que todo tiene que ver con el pequeño malentendido que tuvimos esta tarde tú y yo.
M: Nicole parece pensar que todo comenzó cuando no quisiste ordenar nada para ti en McDonald's (dijo Marcos, con expresión confusa).
V: ¿Qué? (la pregunta se escapó de labios de Victoria con una risa breve).
M: Por lo que pude sonsacar a mi hija, Cristina dijo que era muy significativo que no hubieras ordenado una hamburguesa gigante.  Más tarde, mencionó que habías salido a tirar la basura cuando el cesto no estaba lleno todavía.  Supongo que es algo que no sueles hacer.
V: No (admitió Victoria.  Había querido ocultar sus lágrimas a las jovencitas y por eso había buscado el pretexto de sacar al traspatio el recipiente de la basura).
Marcos esbozó una sonrisa divertida.
M: ¡Vaya, por lo menos ninguna de las dos se enteró de las galletas!
Victoria ignoró la broma y se apoyó contra el mostrador de la cocina, con un suspiro de frustración.
V: El que las jovencitas hayan reñido es un problema que consideramos que era imposible en su momento.
M: ¿Quizá yo debería hablar con Cristina y tú con Nicole? (sugirió Marcos con toda seriedad).
Victoria negó con la cabeza.
V: Nos acusarían de entrometidos.
M: ¿Qué sugieres entonces?
V: No sé (Victoria se encogió de hombros).
M: Vamos, Victoria, somos dos adultos inteligentes.  Sin duda podemos lidiar con dos egos preadolescentes, ¿no?
V: Inténtalo tú (dijo Victoria con una mueca irónica y soltó la risa ante la expresión que tenía el atractivo rostro de Marcos).
M: Olvídalo.
Victoria se apartó el pelo de la cara.
V: Creo que lo mejor será dejar que el tiempo solucione las cosas.
Marcos arrugó el ceño y luego asintió, sin mucha convicción.

M: Espero que esto no signifique que tú y yo no podamos continuar nuestra relación.
V: Por supuesto que podemos seguir, pero con cautela, ni Cristina ni Nicole no deben saber de nuestra relación por el momento.
M: Bien
Marcos cruzó la habitación y tomó a Victoria en sus brazos con suavidad.  La besó hasta que ella se sintió lánguida y sin aliento.  Cuando el alzó la cabeza, dijo en un murmullo ronco.
M: Te amor con toda mi alma.
V: Yo también te amos, veremos cómo podremos resolver el problema de nuestras hijas.
M: Me llevaré a Nicole a casa ahora y haré lo que has sugerido.  Le daremos a este par una semana para reconciliarse.  Después de ese plazo, tú y yo le contamos todo y volveremos a salir juntos.
V: ¿Una semana? (Victoria no estaba segura de que ese plazo bastaría, a juzgar por la actitud de Cristina).
M: ¡Una semana! (repitió Marcos, enfático y la volvió a besar apasionadamente, dejando a Victoria en una nube).
V: Está bien (asintió Victoria cuando sus bocas se apartaron). 
Dos Días después…


Continuará...

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